Casting para Kingston R. Von Keller

Kingston dio una vuelta mas en la cama mientras soltaba un fuerte bufido de frustración. Odiaba estar enfermo, era lo que mas detestaba. ¡Y él que ya tenía sus planes para esa tarde! Su tío Jerom le había prometido dejarlo ayudarle con una poción y poder acompañarlo a dar clase a los alumnos mayores del castillo ¡Pero claro, tenía que enfermarse! Solo a él se le ocurría salir en la fría mañana a jugar con el calamar gigante sin cubrirse. Se había portado como un tonto. Sus pequeñas orbes marrones se llenaron de lagrimas por un instante, toda el fin de semana había tenido en la cabeza la ilusión de poder asistir a una clase de pociones para que al final una ligera fiebre le arruinara los planes. Odiaba al calamar gigante.

Su madre entró a la habitación para tomarle la temperatura nuevamente, al parecer no estaba tan alta como en la madrugada pero, aún así, le prohibió estrictamente salir de la cama el resto del día y, con mayor énfasis, que alguno de sus tíos entrara a la habitación para perturbar su calma. Kingston solo asintió con el ceño fruncido mientras veía a la mujer salir de la habitación ¿Qué acaso su madre no lo conocía? La palabra prohibido era un especie de imán para el pequeño Von Keller.No era que acostumbrara desobedecer a sus padres- en especial a su madre, claro-, pero Kingston siempre había sido un niño muy activo y un tanto orgulloso por lo que el hecho de que le negaran salir era tomado automáticamente por su mente como un reto. Se puso una diminuta túnica gris que a el le quedaba a la perfección, se calzo las botas y, con algo de esfuerzo, alcanzo el peine que se encontraba sobre el tocador para acomodarse el cabello. Si algo le había enseñado la mitad de su familia era que un VonKeller-Vandervoort siempre tenía que verse presentable sin importar la situación.

Salió a hurtadillas de la habitación mirando a ambos lados del pasillo para no tropezarse con su madre o alguien que pudiera decirle a la bruja sobre su fuga pero, por suerte para el rubio, no había absolutamente nadie a la vista. Corrió por los pasillos del castillo intentando ignorar el punzante dolor de cabeza, no tenía idea de a donde iba pero no le interesaba, el punto era que ya estaba fuera de la cama y nadie podría pararlo... O casí nadie. Iba tan concentrado en el piso para no caerse que no se dio cuenta de la gran mole que estaba frente a el hasta que choco con el susodicho y terminó en el suelo adolorido. Alzo la mirada y se encontró con un chico, de séptimo curso según parecía, y de Slytherin. Kingston frunció el ceño y se paro molesto.
— ¿Puedes fijadte pod dónde vas, pedazo de inútil? — Reclamo utilizando las palabras exactas que había escuchado de alguno de sus tíos en cierta ocasión, lo único que no le agrado de repetirlas fue que no podía pronunciar bien la erre y sonaba demasiado infantil. El joven Slytherin no evitó sorprenderse por la reacción del niño. Si bien todo el castillo lo conocía, nadie se imaginaba el carácter que el pequeño Von Keller cargaba consigo. Kingston le sacó la lengua al gorila ese y siguió corriendo. La corpulencia del sujeto le había dado una idea, se iría a las cocinas a molestar a los elfos.

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Casting Aceptado

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