Cásting: Johan D. Spradlin

Johan caminaba despacio por los pasillos del castillo. En su cabeza, el ritmo de “Bodies” de Drowning Pool, uno de los grupos “muggles” como los llamaban en el colegio. La mayoría de sus compañeros no entendía que él en verano y fiestas era un chico normal y corriente que chateaba en internet, escuchaba música e iba al cine con sus amigos “muggles”. Pero tampoco les culpaba, era difícil de imaginar… como para él había sido descubrir todo aquel mundo mágico a los once años. Sus manos luchaban por moverse e imitar que tocaban una batería, pero se medio contenía. SI al menos pudiera haber metido algo de tecnología en aquel lugar… su Ipod. Echaba demasiado de menos su música. Y sus cascos. Y su bajo. Y el portátil. Lo echaba tanto de menos como el usar la magia en verano. Para ya tenía los 17 años, ese verano ya podría usarla a su gusto. Una sonrisa divertida se extendió por su cara. Un par de chicas pasaron por su lado, y él les dedicó esa sonrisa. ¿Por qué? Pues porque sí, por NO ser Slytherin; eso era una buena cualidad.

Metió las manos en los bolsillos del pantalón para dejarlas quietas y comenzó a silbar la canción. Notó como dos “serpientes” le miraban con despreció y él les envió una mirada igual de asqueada, pero con un tono irónico. Sus “pintas” no eran especialmente bien aceptadas en la escuela, y aun menos por los Sangre Limpia. “Demasiado muggle” siempre le decían. Pues vale, lo era. Le gustaban las cosas diferentes y modernas, no las del año la polca. Además, era un hijo de muggles, y de Griffindor. Los de Slytherin le habían marcado con una gran “X” desde el primer día. Representaba todo aquello que ellos odiaban. Y eso realmente a él le encantaba. Por eso era de la Orden del Fénix. Y en ese momento, disimuladamente, andaba persiguiendo a Joseph. Como siempre. Y es que, para colmo, le había tocado el más gilipollas de todos los hermanos Van Der Voort. Y al que más detestaba. La gente iba a pensar que estaba enamorado del rubio o algo… Sí, el chico además es bisexual. Y abiertamente. Otra cosa más para cabrear a los conservadores. Aunque, se liaría con ese solo por ver las caras del resto de su familia al enterarse… dejaría de lado el asco, solo por joder a los D.S.

Entonces el Slytherin se paró en seco y él, disimuladamente, hizo otro tanto. Empezó a jugar estúpidamente con la solapa de su camisa en busca de algo que hacer.—¿Me estas siguiendo, marica?—preguntó entonces una voz delante de él. Al levantar la cabeza se encontró con su “objetivo” delante de la cara.—Tengo cosas mejores que hacer, chaval. No eres el culo del mundo.—le contestó con el tono que usaba frente a todos los Slytherin: frío, cortante y con cierto resentimiento mal escondido.—Pues vete a acosar a otro, ¿entiendes? A mí no me van los tíos.—le contestó, haciendo ademán de incrementar sus palabras con algún golpe de dedo en el pecho del otro, pero pareció pensárselo y con una mueca de asco apartó la mano.—Ni a mí los gilipollas egocéntricos de Slytherin; si te sirve de consuelo.—Nada; él que intentaba contenerse, pero es que ESE tío le sacaba de sus casillas. Los dos mantuvieron entonces una mirada de odio hacia el otro, sopesándose como buenos rivales, sin ceder terreno ninguno de los dos. En un determinado momento, el D eathly Shadows sonrió amargamente y se encogió de hombros con un toque orgulloso que hizo que Johan quisiera arreglarle la cara a puñetazos; dio media vuelta y se fue de nuevo junto con sus compañeros. Johan se quedó en el sitio, a sabiendas de que tendría que quedarse un poco al margen durante unos días, y respirando hondo para no seguir a ese prepotente y saltarle los sientes. Porque aunque casi todos habrían pesando en lanzarle un hechizo, él era más de recurrir a los puños…

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Casting Aceptado

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