Casting Summer Malfoy

Recién salía de una nueva reunión con los estudiantes que formaban parte de la Orden del Fénix y tenía mil cosas en la cabeza. No sabía cómo parar algunos ataques que había desde lo clandestino a estudiantes Muggles y eso realmente la estresaba no podía dejar que ellos sufrieran ese tipo de cosas por una estupidez más aun siendo la mayoría de los atacados chicos de 1° y 2° año que aún no tenían las habilidades suficientes para defenderse de los mayores. Apretó los puños frunciendo el ceño mientras caminaba firmemente hacia las mazmorras estaba demasiado molesta como para disimularlo pero todo esto cambio cuando vio a un pequeño Hufflepuff encogido en la punta de la escalera, parecía estar llorando.

Se acercó lentamente a él hasta sentarse a su lado y lo miro con la sonrisa más encantadora que tenía en ese momento.- ¿Porque lloras?-Le pregunto intentando que el chico la mirara a los ojos.- Es que unos Slytherin me han roto toda mi colección de láminas de las ranas de chocolate.-Expreso el niño con tristeza, suspiro pesadamente imaginando que sería.- ¿Por qué han hecho eso?-Acaricio el cabello del pequeño intentando reconfortarlo un poco odiaba ver a la gente mal más por esta estúpida manía de la sangre limpia sobre la sangre mestiza.- Porque mi madre es una Muggle y dijeron que tenía que entender que este no era un lugar para mi.- Summer volvió a apretar los puños con fuerza e intento controlarse, ya arreglaría las cosas con las personas que habían hecho eso pero primero estaba consolar al niño.- Yo tengo bastantes en mi habitación y como ya soy algo grande para tenerlas puedo dártelas así sigues coleccionándolas.-Sonreía y secaba las lágrimas del niño con sus manos.- ¡¿Enserio harías eso por mí?!.-Sonrío ampliamente ante la emoción del niño a lo que asintió con la cabeza y le acomodo la túnica y el cabello.-Claro pero quiero que dejes de llorar y vallas a descansar que es tarde, mañana a primera hora te espero aquí para dártelas.-Una vez que termino de decir esto sintió como el Puffie la abrazaba y luego se iba corriendo sin darle tiempo a nada, sonrío nuevamente ante este hecho, a veces por gestos como ese valía la pena toda la lucha que estaban teniendo.

Sonrío con amplitud y siguió bajando las escaleras hasta que noto que alguien se situaba a su lado bajando con ella, giro la cabeza y se encontró con la inmensa sonrisa de Remus.- ¿Qué dices si damos un paseo por los alrededores?-Se animó a preguntar a lo que ella solo sonrío, no podía creer la insistencia que mostraba el chico a pesar de sus múltiples desplantes y de decirle siempre que no tenía tiempo, en verdad le parecía muy guapo y si se podía decir que le gustaba pero con todo el tema de la guerra y la orden no podía perder su tiempo saliendo con muchachos.- Sabes que no tengo tiempo, te dije que te avisaría cuando pudiera Remus.-Le dedico una media sonrisa rogando que el muchacho entendiera.- ¿Y mañana desayunar juntos? Podemos ir al jardín y hacerlo debajo de un árbol o donde tú quieras por mi estaría bien donde sea mientras este contigo Summ.-Suspiro mirándolo de reojo, era verdaderamente tierno y había perdido la cuenta de las veces que le había dicho sus sentimientos para con ella. Tal vez si salían una vez él se diera cuenta que no era lo que creía y la dejaría en paz o se calmaría por un tiempo además que tampoco parecía tan mala idea desayunar juntos.- Esta bien, espérame en la puerta del gran comedor a primera hora, hago algo y enseguida estaré por allí así que si tardo no te desesperes, sabes que nunca falto a mi palabra.- Sin más le dedico una sonrisa y siguió su camino entrando a la Sala común de Gryffindor.

Summer se recostó en uno de los sillones que había allí mirando el fuego de la chimenea arder, el frio hacia mella en su cuerpo pero casi no lo sentía debido a su túnica y el abrigo que tenía debajo. Esa noche en la reunión a cada uno le había sido asignado su nuevo objetivo al cual debían seguir Katja Zabinni era el de ella, era una chica realmente arrogante e insoportable a su punto de vista pero si debía fingir ser su amiga o hacer lo que fuere por el bien de la Orden lo haría de eso no cabía la menor duda además de que debía dar el ejemplo a los demás de que si se podía cumplir con los objetivos que se planteaban, que la orden y el bienestar del mundo mágico estaba por encima de ellos mismos. Lo último que recuerda es que una sonrisa se asomó por sus labios al pensar en cómo iniciaría su día con Remus, tal vez no todo era tan malo como parecía y a pesar de los malos momentos había más esperanza de la que todos creían.